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Bio

Trazo de una vida.

 

Durante más de cinco décadas laborales, Genaro García Climent (19 de septiembre de 1944) tuvo que redoblar esfuerzos para no permitir que su verdadera pasión, la pintura, se desvaneciera entre las exigencias de ser padre de familia y trabajador.
Originario de Atlixco, Puebla, García Climent creció en el seno de una familia de clase media y es el tercero de cinco hijos. Su padre Cristóbal fue  futbolista profesional y fundador del equipo Puebla, y su madre Rosa, ama de casa.

Desde los ocho años empezó a destacar artísticamente entre sus compañeros de clase, a tal grado que los maestros llegaron a pensar que sus tareas artísticas eran hechas por su padre, quien también dibujaba. Para despejar cualquier duda, lo obligaban a repetir los dibujos en el salón de clases mientras los catedráticos lo supervisaban.    
“En ese momento me di cuenta que me gustaba el arte y que lo hacía bien. Después, el director me mandaba a hacer encargos. Hace poco ví que, en la primaria en la que estudié, todavía conservan un retrato de Benito Juárez que hice”.

En 1957, su familia y él se mudaron a la Ciudad de México. A los 18 años, después de concluir la preparatoria, García Climent empezó a asistir a los talleres de La Academia de San Carlos y durante dos años recibió la única educación formal que ha tenido como artista plástico. Fue ahí donde aprendió lo indispensable para pintar.
“Mi educación formal como pintor fue básica, me considero autodidacta y creo que serlo tiene muchos pros. El principal es que expresas exactamente lo que sientes sin guiarte por una doctrina o un método establecido. Mi pintura es totalmente orgánica”.

En 1971 se casó con Myrrna de León Herrera, con quien tiene dos hijos: Lourdes y Héctor.
Dos años después inició sus estudios profesionales en el Instituto Activo de Mercadotecnia y Publicidad.
Después de más 30 años de laborar en la iniciativa privada, por fin puedo dedicarse de tiempo completo a su pasión. 
A principios del 2000 inició a practicar la técnica de la acuarela y sus obras han traspasado fronteras.

 

Trazos de una Pasión es el resultado de una etapa en la vida del pintor que está compuesta por distintas temáticas pero que tiene como hilo conductor la percepción del artista. 
“Esto nace de imágenes que tienen significado personal y que me gustan. Al expresarlas mediante la pintura intento plasmar detalles visuales que pasan inadvertidos ”
En paralelo con su pasión por el óleo y la acuarela, García Climent también escribe poemas porque afirma que “los versos expresan ideas que a veces las pinturas esconden”.
A sus 69 años piensa que está en el mejor momento para desarrollar su pintura porque ahora
posee tiempo.  


“La edad ayuda para el arte, la creatividad es un reflejo de vida y entre más grande eres, hay más oportunidades de crear”.

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